Peor que una cebolla, esto va por capas. La primera, la más visible de todas, una persona corriente, con un pelin de locura salpicada en su ser, que la repara continuamente con canciones que no desea escuchar, pero que son solo un pequeño apoyo de vez en cuando para su corazón. La segunda, la que pocos ven, la de una persona mediocre tirando a patética, que un día lucha por todo, y al día siguiente ya está asimilando el suicidio. Y la última, la que nadie a visto, o si, quizás o podido ocurrir semejante barbaridad, ha sido por un simple descuido porque realmente, no se puede evitar que las capas se resquebrajen con el tiempo. No olvidemos que entre capa y capa, está ese grueso hormigón de mentiras, de ironias,, de falsas sonrisas, de sarcasmos, de intentos inútiles, de bipolaridad, de frialdad, de insensibilidad y sueños rotos. Lo peor es, que ni tanta capa, podrá impedir que este invierno me congele.
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