domingo, 5 de septiembre de 2010

¿Para qué?

Ya no queda nada. Una simple melodia sin letra, que se pierde en el eco de mi voz. Un susurro del viento, que no me dice nada. Horas que transcurren sin sentido ni razón, y que me arrastrán a ninguna parte en concreto. Muñeco de trapo me llaman, sin sentimientos ni corazón, dejado y olvidado de la mano de.. ¿Dios? Quizas, ¿Por qué no? No todo es tan simple, ni tan complicado. ¿La solucion? es no buscarle respuestas a las preguntas, todo se ordena solo, a su tiempo. Poco a poco, sin darte cuenta, ves como en el gran caos que habia al principio, surge una tenue luz, que acaba por hacerse mayor y terminar con ese gran caos. Sigue tu camino, aunque no le encuentres sentido, aunque ya nada te mueva ni te llene, aunque pienses que al final nada te espera, pero sigue. No me preguntes para que, yo tampoco lo sé, pero intento engañarme cada día un poco más, con que trás esas montañas, me espera algo, aunque sea mentira, pero asi, se me hace mas soportable la idea de seguir existiendo sin razón.

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