miércoles, 5 de enero de 2011

Mal sabor de boca.

Quema el aire que respiro, la ceniza se queda arrinconada entre los parpados, y veo con dificultad desde aqui diversas lenguas de fuego que vienen en mi busca. Peor que el infierno podríamos decir. Hace calor, si, noto como se deshace mi piel lentamente, los poros se van abriendo uno a uno y el humo se introduce en ellos sin dudar. Comienza una ligera molestia en la boca del estomago, que va intensificandose poco a poco. Se mueve, juega por todo mi cuepo y llega hasta la altura del pecho, donde noto que la respiración se entre corta y se vuelve pesada. El dolor insoportable se establece en mi corazón, llevo mi manos hasta el pecho como si quisiera arrancarmelo de cuajo. Desplomo mis rodillas en el suelo, y me rio a carcajada limpia como un loco. Ya ha caido la primera lágrima de sangre.

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