jueves, 30 de diciembre de 2010

Siempre estan presentes.

No te das ni cuenta. Con que facilidad borras de un soplido las sonrisas que creamos, los buenos momentos que pasamos, los días soleados. Para taparlos con mis tropiezos varios, mis malas rachas, mis equivocaciones y reproches. Crueldad, es darle más importancia, es ver primero los defectos y acordarse al poco de lo que se esconde detrás. Perdonar no ha sido nunca nada malo, pero parece que cueste siempre. Yo soy el primero en reconocer mis errores, y olvidarlos, para que no pesen. Tu en cambio, los arrastras con fuerza para que no se pierdan. Y me los recuerdas.


Yo no voy a decirte nunca nada que duela intencionadamente.

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