miércoles, 27 de julio de 2011

El frío entre los dedos.

Doy una vuelta en la cama, y sigues ahí, justo donde te quedaste anoche. Miro fijamente tu rostro, sereno, tranquilo, perfecto. Tu respiración lenta me calma, me relaja mucho, y huelo desde donde estoy tu aliento, verdaderamente dulce. Entre sueños te acercas un poco más a mi, siento el calor de tu cuerpo pegado al mío, y casi puedo sentir tu respiracón en mi cara, es una sensación bastante agradable. Me doy la vuelta, y vuelves a acercarte a mi, pegando tu cara a mi espalda. Sonrio, me invade por dentro una felicidad inimaginable, vuelvo a girarme, no puedo dormirme teniendote al lado. Tu pelo roza la punta de mi nariz haciendome así unas pequeñas cosquillas. Me muerdo el labio y ahogo las ganas de acariciarte la cabeza, de pegarme más a ti, de abrazarte. Estoy delirando, cierro los ojos con fuerza obligandome a dormir. Se que esto no está bien. 
  • Nunca, nunca más. Te lo prometo. Me lo prometo.

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