martes, 12 de marzo de 2013

Si no duele, no es amor.



Si no duele, no es amor.

Es sólo una percepción, y no una definición. Si empiezo con una rima, es que la cosa va bien. Considero que si no sientes el típico pinchazo, no puedes denominarlo amor de verdad, me refiero al que describen en tantas películas, si. Si no has sentido esas mariposas que para mí es como revolver el estómago, náuseas y ganas de vomitar (que parece que estoy describiendo un parto, pero no), entonces, quizás debas replantearlo. Yo lo interpreto como cuando falta algo, cuando sientes un fuerte vacío. El tiempo pasa muy despacio, y parece que todo a tu alrededor no existe. Es cuando andas por la calle y de pronto tropiezas y vuelves a poner el tiempo en marcha dos segundos antes de volver a caer. Y todo gira, y nada importa, porque realmente lo que necesitas está justamente al otro lado. Y cuando no estás durmiendo realmente no estás despierto, porque antes podías notar algo que te decía que estabas ahí. Pero lo que más abundan son las faltas de aliento, momentos en los que sientes que te están apretando el corazón con las manos y no puedes respirar. Te ahogas. No sé, llamarme exagerado, pero es que llevo lo poco de mi vida alimentándome de una idea que luego lamentablemente me destrozan. Y si ya no lloras con la típica frase estrella de una canción, la que te hace recordar algo, olvídate. Son los momentos en los que necesitas solamente su abrazo, o decir dos simples palabras. Es justamente ese momento, en el que sientes que lo que había antes bajo tu pecho ahora ya no está, se ha ido. Y te das cuenta con ese dolor, que lo que sientes no es amor.

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