Dejo que poco a poco se enfríen voluntariamente mis manos, ya noto como a la sangre le cuesta circular por mis dedos. Duele el roce de las yemas con cualquier objeto, y comienza a salir la escarcha de entre mis labios. Ojos clavados en un infinito estanque, sobre la cual se halla una fina capa de hielo. No para de nevar, se ha amontonado sobre mi cabeza todos los copos, los pasos se vuelven pesados entre la nieve, se hace casi imposible avanzar. Se difunde la visión, ya no se puede ver nada, solo copos y copos de nieve caer, congelando mi piel a su paso. La respiración se vuelve lenta, no puedo emitir sonido alguno puesto que mis cuerdas vocales se encuentran quebradas. Me pierdo entre la ventisca.
Solo quedan vivos los latidos del corazón.
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