Nunca, nunca había tenido tanto miedo. Lo peor es que es verdad, nunca había tenido tanto miedo a las canciones. Me dejé llevar durante un tiempo por ellas, dejando que me abrazaran y acabaran conmigo lentamente, a su ritmo. Pero decidí que no quería seguir así, y ahora cualquier canción me produce un terrible escalofrío, y no puedo escuchar nada. El silencio me acompaña, así de triste soy. ¿Por qué no puedo escuchar una canción sin que después no tenga que recoger cada trozo en el que me rompo? Así he convertido mi vida, en una espantosa canción sin melodía.
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