Estaba muy mareado. No quería poner musica, pues eso supondría dirigir los sentimientos hacia un rumbo determinado, y no dejar que lo que realmente siento fluyera con total libertad, asique apagué el reproductor de musica. Silencio. Decidí dibujar, intentar plasmar con mis absurdos dotes artísticos, todo un mundo de caos. No sabia que hacer. Cogí un folio blanco y el primer lápiz que encontré a mano, no iba a tener delicadeza en escoger los ingredientes de tan fastidiosa perdida de tiempo. Empecé a trazar lineas sin sentido, una tras otra fueron adquiriendo forma ( la cual, quizás para otras personas solo queda en garabato). No dejé de trazar lineas, borrar, otra encima, ahora la otra curva que se cruza con la siguiente. Todo un enredo de finos hilos que tejen una historia. Decorado con un oscuro fondo repleto de furia y tristeza, negro como el carbón, negro como la mas negra alma de quien la dibuja. Miré con asco lo que había creado, era justamente el reflejo de lo que no me salía, era lamentable. Pero no podía hacer nada, aquí estaba mi patético dibujo y yo, que realmente eramos la misma sensción.
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