No mientas, siempre lo has querido. Porque me pregunto ¿quién no ha deseado tener nunca un amor de película? No vivir en una película, solamente tener un momento en el que digas: "si, la realidad supera la ficcion" y sentir como por dentro te llena de satisfacción. Tener una casualidad, chocarte con alguien, conocer a alguien en una fiesta o gracias a ese o esa amigo o amiga que estas harto de que viva tantos amorios. Y no lo piensas, lo ignoras, una persona mas de cientas que ya has conocido en lo poco que llevas viviendo. Y sigues maldiciendo tu poca suerte a la espera de que algo ocurra. Y quedais, os veis un par de veces y ya sientes que es el amor de tu vida solamente porque te hace sentir bien, ese equilibrio y estabilidad que buscabas con ansias incluso antes de nacer. Y su sonrisa es otro punto a su favor, tan maravillosa... Luego llega el momento de las imagenes cortas pero intesas con una canción de fondo que afirma que aquí hay algo más, para dar paso a algo que no puede faltar en toda pelicula, "el desastre". Es el momento de tensión, donde todo se rompe de golpe y es decisivo para saber que ocurrirá en el final. A todos nos aflora la esperanza en ese preciso instante para que el final de la película acabará bien. Iras corriendo a la estación de tren o al aeropuerto para confesarle que nunca te has imaginado tu vida sin oler su piel antes de irme a dormir, y justo cuando amanece. Os abrazareis y terminará todo como la película que es. Pero en ocasiones el tren o el avión no espera a la esperanza, como ya he dicho, eso solo ocurre en las películas. Y ahora es cuando decido si quiero o no ir a buscarte bajo la lluvia.
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