sábado, 15 de enero de 2011

Barco de papel

El sol dió de pleno en mis ojos al despegar los párpados. Pequeñas nubes blancas decoraban el gran lienzo azul, volviendolo mucho más grandioso. El choque de las olas con el barco se complementaba con el rítmico bai ben. Se estaba produciendo un delicado baile marítimo al que yo era invitado. El sol. Calentaba cada milimetro de mi piel con lentitud. Sensación agradable. De pronto una ligera y sutil brisa arremolinea una mecha de mi pelo que aparto de la cara. Vuelvo a cerrar los ojos y me concentro en el tímido oleaje que relaja y apacigua mi mente. "El paraiso", llegué a pensar por un instante. Me acerco a la barandilla y miro temeroso al oscuro mar. Consigue hipnotizarme. Recordandome con violencia mi historia. Oprimo con fuerza la bara metálica y me obligo a regresar a la realidad. Me giro y levanto la cabeza. El sol sigue ahí.

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