Voces descontroladas arañan el aire sin cesar. No se detiene el alboroto, y se le suma el ruido del tráfico. Taponas tus oidos para no escuchar más, todo gira, rápido. Sientes como te mareas, te tiemblan las piernas, pierdes el conocimiento, pero luchas por no caer en mitad de todo el caos. Parece que el tiempo se acelera más y más, y la voces no dejan de gritarte a la cara palabras que no terminas de comprender, a veces son solo hasta sonidos sin sentido. No puedes moverte, estas justo en medio de todo aquel infierno. No existe escapatoria alguna, y quieres que todo termine de una vez, deseas gritar tambien a pleno pulmon que termine toda esta locura. Sientes como derrepente, desde el centro del pecho, pasando por tu garganta hasta salir por tu boca un grandioso grito que frena todo aquel bullicio. Abres los ojos. No hay nadie.
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