lunes, 13 de septiembre de 2010
Una estrella más pintada en el firmamento
A veces miras al cielo, y te fijas en una gran y brillante estrella que acapara toda tu atención. No es su intención, pero sin poder evitarlo, te quedas embobado por su radiante luz, la ves ahi, sola, y sin saber porque, te sientes identificado por un instante con ella... tan sola ahi arriba, sin ver a ninguna otra estrella cerca de ella, a cientos de kilometros a la redonda. Te ciega, te ciega su luz de tal manera, que te es imposible ver nada más, es tu inspiración, tu respiración, tu existencia.. No te cansas de mirarla, te absorve, nada puede impedir que tu mirada se pierda en su luz...te sigue recordando misteriosamente a ti. Pero entonces, algo te choca, ves una leve lucecilla, no muy lejos, y te extraña, y te das cuenta, de que poco a poco, van surgiendo pequeñas estrellas a su alrededor, que antes no estaban, o en las que no te habias llegado fijar, pero que siempre han estado ahí, y es entonces, cuando sonries y te das cuenta, de que nunca has estado solo.
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