lunes, 27 de septiembre de 2010

No te quedan excusas a las que agarrarte.


No estás bien, y eres el primero que lo sabe, pero no el unico. Pero sigues esforzandote por creerte que no es verdad. Estás alterado, confuso, los nervios a flor de piel, sabes que la minima chispa, te hará explotar, y ya casi se te hace imposible no estallar. Pero sigues luchando por no derrumbar ese muro que has construido cuando rozan tus oidos esas palabras, esas malditas palabras. Sigues jugando a ser un niño feliz que se despreocupa de la vida, porque asi se le es mas facil todo. Pronto ese colosal muro que has creado, caerá sobre ti y acabará contigo. Intentas no pensarlo, pero se te hace imposible. Por una milesima de segundo te habias creido que ya no ibas a derramar más lagrimas, porque no quedaba en tu cuerpo alguna ya, pero te has dado cuenta que esa faceta de pasota no dura para siempre, y que quieras o no, estas rodeado de personas, no de piedras. No consigues nada escondiendo tu rostro bajo esa mascara, e incluso asi, se hace más pesada la carga solitaria de tus problemas. Comprendo que estes cansado, pero no es el mejor camino, te lo dice un experto en la materia. Tu estarás harto, pero esque yo estoy más que harto de escucharte todos los días a cada segundo. Por eso, pensamiento, te pido un ratito de silencio, por favor.

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