Stupid.
Quédate, no te vayas, quédate, bien cerquita mía, quiero seguir respirando el dulce aroma que me brinda tu presencia. No, no te muevas ni un milímetro, no ves que muero de frío, pero no importa, ya te has marchado. Pero aun siento que estás aqui, es inevitable, mi corazón no quiere tacharte. No te das cuenta que detrás de cada palabra hay un puñal, y sigo sangrando. Puedo apartar la vista, pero sigues en esta estupida cabeza. Ese soy yo: un estupido.
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