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No voy a escucharte, a menos que me digas que esta noche mueres por dormir conmigo, que hace tiempo que necesitas escuchar aunque sea el eco de mi voz, que echas en falta mi olor... Voy a ignorarte, como si no hubieses existido nunca en mi vida, como si solo fueras un objeto más de la realidad sin importancia. Me morderé las uñas de impaciencia por que me hables, y resisitiré las ganas de abrazarte. Aguantaré los pinchazos que me proporciona el pensarte, y el dolor que me produce tu falta, pero aprovecharé cada segundo de tu presencia, como si fuera la última...

Porque quererte es mi problema, y olvidarte mi objetivo.