jueves, 10 de febrero de 2011

Mirror.

Fino y delicado, frágil. A veces nos comportamos como espejos, sin darnos cuenta. Plasmar en nosotros una realidad, que no es nada más que una copia. Es realmente extraña la sensación que produce ser un espejo. Sentir como la felicidad pasea por tus venas gracias al reflejo de alguien, sentir como el mismo dolor te quema las entrañas. Porque ser el portador de los reflejos, no es siempre disfrutar solamente de una sonrisa calcada en tu alma, es también, vivir una amarga historia, es sufrir en primera persona, cuando solamente eres una entre la tercera en plurarl. Pero ¿de verdad se llega a sentir a la misma intensidad? Puede ser, ya que es autocreerse algo que no es verdad, y te lo crees hasta tal punto, que al final para ti es totalmente real.

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