Llévame al Louve que me pierda. Pues no hay más verdad que
la que esconden las grandes estrellas. Y es que ni aun que ni tú, ni yo,
podamos entenderlo, a mi me basta con mirarte un segundo. Porque si ellos
tuvieron su musa, tu a mi me inspiras como cuando retienes todo el aire en tus
pulmones un segundo. Y luego sientes renacer. Si te das cuenta, todo lo hermoso
se mide en fracciones, dura segundos, que caen como gotas de lluvia devorando el
tiempo. Menos lo eterno, la esencia, lo que vemos en éstas cuatro paredes, que
si no lo sientes no te lo puedo explicar. Pero puedo guiar tu mano hacia mi pecho, para que comprendas la
velocidad de vértigo, porque lo que no se dice con palabras es mucho más cierto,
como las grandes estrellas.